La policía de Hialeah envió a dos de sus oficiales al hogar del hombre que mató a seis de sus vecinos, unas cinco horas antes de la masacre, pero la madre del pistolero le pidió a la operadora que no se presentaran porque su hijo había salido, según una grabación del 911 divulgada el miércoles.
Pedro Alberto Vargas llamó al 911 a la 1:37 p.m.
Conversacion lenta con la operadora *911:.
Vargas :“Me siento amenazado y estoy siendo víctima”, “¿Usted puede correr una placa?”
Operadora *911: “¿Pero quién lo está siguiendo?”
Vargas “Gente”, “Brujería y cosas que me están echando”.
Operadora *911 :ponga al teléfono a su madre por favor,
Madre de Vargas :algo aqueja a mi hijo pero no sabría exactamente qué le pasaba '“Yo no sé por qué pero él está muy alterado”,
Operadora *911 : Dos policías están en camino, . “¿Te cancelo la llamada?”
Madre de Vargas : “Cáncelame”, “porque él no está aquí”.
Aunque fue Vargas quien llamó al *911, salió del apartamento en algun momento durante la llamada, según lo que su madre le dijo a la operadora. Se llevó un “pomo” y fue a comprar gasolina, aseguró Patterson.
La madre vivía con él en un apartamento de una habitación en 1485 W. 46th St. Esperanza Patterson, de 83 años, le explicó a la operadora
La grabación de la llamada, que tuvo una duración de 12 minutos y 12 segundos, ayuda a vislumbrar el inestable estado mental de Vargas poco antes de la masacre, que comenzó minutos después de las 6:30 p.m. la pregunta ahora es si una visita de la policía esa tarde pudo haber cambiado el rumbo de lo que ocurrió en la noche.
Vargas terminó muerto la madrugada del sábado después de cuatro horas de negociaciones fallidas, cuando un equipo SWAT irrumpió en un apartamento en el que el hombre había entrado y donde mantenía a dos rehenes. Las dos personas fueron rescatadas ilesas en el operativo.