
El mandatario llamó la atención sobre la necesidad que los países de la región se involucren en el desmantelamiento de estas redes de coyotaje incluso dentro de Cuba en control de agencias de viajes, los que sacan provecho de la incapacidad de los Estados para enfrentar dramas migratorios como el que protagonizan miles de cubanos que salen de Cuba por vías ilegales, con la idea de llegar a los Estados Unidos.

El arresto de la banda terminó con la operación de tráfico ilegal de personas desde Paso Canoas, en la frontera de con Panamá, en el sur del país, hasta Peñas Blancas, en la frontera con Nicaragua, al norte, lo que ocasionó un corte en el tránsito de los migrantes que no pudieron seguir su rumbo hacia EE. UU.
Por su parte, el gobierno de Raúl Castro ha afirmado que la vigencia de la Ley de Ajuste Cubano invita a sus pobladores a emprender el viaje hacia EE. UU., contrariando acuerdos para llevar una política migratoria ordenada.
Lo cierto es que en medio de las disputas diplomáticas, el fenómeno migratorio parece no mermar, y a pesar de la caída de una red de coyotes en Costa Rica, los cubanos que logran seguir su camino, echan mano de estos transportistas ilegales, que cobran entre $7.000 y $30.000 por poner a un cubano en Miami.
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